30.7.09

Escape circular


Un círculo cierra, como las historias repletas de acontecimientos aislados que nos sorprenden con un maravilloso moño al final.
Un círculo es estable, agradable a la vista, difícil de dibujar a mano alzada, razón de la perfecta figura del compás.

2 · π · r

Pero también refleja una repetición, constante, predecible.

Yo estoy atrapada en mi propio círculo de efectos reiterativos. Las situaciones se encadenan y pasan desapercibidas. Sólo noto el evidente final cuando vuelve aquel sentimiento. Esas sensaciones exactamente iguales, tan idénticas que asustan, señal de una evidente regularidad de la que no puedo escapar.
Entonces me doy cuenta de que me volví a equivocar. Volví a ser lo que fui.

Regresé al punto desde donde partí. Aquel que visito desde hace demasiados años irremediablemente y que ya está pidiendo a gritos que no quiere verme nunca más.

¿O yo no quiero verlo a él?


Agu Miglio.-


Nota: Esta entrada fue escrita hace aproximadamente 2 meses. A pesar de que he forzado un poco las líneas curvas, todavía estoy encerrada. ¡Acepto sugerencias para liberarme de los círculos y no caer en tan monótonos cuadrados!

Fuente: imagen

5.7.09

Receta auténticamente personal

Es bien sabido que amo escribir. Aún recuerdo aquellas tardes en las cuales describía cada uno de los detalles de todas las recorridas. Huellas, hojas secas y mermelada de durazno. Me adueñé del pequeño cuadrado blanco que ofrecía fotolog para exponer simples rasgos como grandes sucesos. Enormes momentos para recordar que eran redactados con la importancia que tan sólo mi memoria les podía dar. Fueron hermosos años, tiempo de descubrir a fantásticas personas que contaban sus historias de vida. Aquellos que compartían festivales, caminatas y acordes dejaron su huella en mi corazón y aún hoy probablemente no sepan que con sus mensajes me dieron las pistas para el camino que hoy busco emprender.

Un día descubrí este espacio y entre sus direcciones blogspot todo un mundo que no conocía y que recién estoy desentrañando. Existen quienes analizan la realidad, quienes cuentan incluso cuál fue el postre del miércoles, quienes nos ofrecen una seguidilla de situaciones que podrían formar parte de una muy vendida novela, quienes nos hacen sentir parte de su vida y sus decisiones. Millones de páginas repletas de palabras. Las relaciones personales, la autoestima, la personalidad y el futuro entran en un juego en el que las cartas del corazón, del sentido común, de la curiosidad y del riesgo se mezclan de forma impredecible.

Cada blog muestra una parte de nosotros. Puede que sea una construcción o puede que refleje lo más claramente real que guardamos dentro. Y como cada palabra que intercambiamos, en una conferencia o en una esquina esperando que cambien los semáforos, será interpretada de una manera particular por quien lo lea. Podremos mostrarnos como grandes analistas, detallistas, conflictuados, optimistas o superficiales.

Trazos vainilla nació como refugio de pensamientos, pero no descarto que pueda convertirse en el nuevo cajón de recuerdos. Y al fin sentirme libre de escribir acerca de una semana de pucheros y locros. Contar cómo los atrasados festejos cumpleañeros, un bizcochuelo de chocolate, frutillas y duraznos y una hora al ritmo del básico de La Oreja de Van Gogh y su nueva energía adornaron la tarde. Agregarle una taza de conjeturas acerca del pasado y el presente; aderezarlo con una pizca de gripe mediática y terminar la receta con esencia de vainilla.

Porque las palabras pueden condenarnos, pero también hacernos libres.
Este espacio será lo que deba ser. Mi bitácora, mi refugio, mi primavera anticipada.

Agu Miglio.-

Derechos: Imagen utilizada bajo licencia
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Descubriendo la cotidianidad.
Reflejando
su magia en cada trazo.
El
arte color vainilla. ]