23.12.09

Visa indefinida


¿Cuántas veces pensamos, escuchamos y confirmamos que "la gente no cambia"? Solemos pensarlo cuando las actitudes se repiten, cuando vuelven a dejarnos esperando en aquella esquina, cuando escuchamos una frase, un deja vú que nos duele en el alma. La esencia siempre será la misma y sobretodo una vez que ya terminó la adolescencia y nos parecemos un poco más a nosotros mismos. Es entonces cuando nos repetimos "ahora sabemos a qué atenernos", no habrá sorpresas, no habrá esperanza.

Sin embargo, irónicamente las personas sí cambian. Crecen, se escudan, nos olvidan, nos llaman, nos recuerdan, nos borran de su agenda telefónica, nos piden ayuda, nos ofrecen un café la tarde menos pensada. Ellos reordenan sus pensamientos y prioridades, se mimetizan con aquellos que los rodean, tiñen su aura de colores distintos. Probablemente no se rían de las mismas cosas, hayan olvidado anécdotas que antes parecían imborrables, conozcan más el mundo y hayan pegado cientos de curitas en el alma con el paso de los años.


Y cuando todo cambia, quizás reflexionamos, tal vez un día nublado como hoy o una noche estrellada. Existen miles de momentos. Se saborean de forma distinta y siempre están incompletos sin aquellos que condimentan nuestra vida. Ellos nos tocan el alma, nos alegran, nos derrumban, nos levantan, nos enseñan. Pero ese encuentro puede que sólo suceda en aquel momento irrepetible, cuando nuestra sintonía y la suya se confunden trágica o mágicamente. Un abrazo, una charla, miles de caminatas, helados y risas, discusiones, puntos en común y diferencias irreconciliables: tan sólo ingredientes de un hechizo que los años desgasta. O no.


Ellos no son los mismos y nosotros tampoco. Aunque guardemos esencias escondidas y recuerdos empolvados.

Porque la barrera que levantamos con esfuerzo frente a los demás, una vez se rompió en mil pedazos y se rindió frente a la confianza.

Porque a veces duele saber que los años dejan sin efecto la visa indefinida directo al corazón.
Agu Miglio.-
[
Descubriendo la cotidianidad.
Reflejando
su magia en cada trazo.
El
arte color vainilla. ]