17.8.17

La fragancia de los años

Dicen los expertos que el palo de agua florece una o dos veces en su vida, algunos se aventuran a decir que tres veces. Se lo llama “Fragans” porque el perfume es muy intenso e inunda la casa durante los días en que las flores se marchitan. Te embriaga su recuerdo, justo antes de irse, sin que sepas exactamente cuándo va a volver.

El que vive conmigo me acompaña desde que tengo memoria. Me vio ir a la primaria, a la secundaria, a la facultad, al trabajo. Me escuchó cantar cuando nadie escuchaba, me vio llorar cuando nadie veía. Se escondió en el fondo de todas las fotos que están guardadas en las cajas y en los portarretratos.

La primera vez que floreció fue una sorpresa. Buscamos, leímos, parecía surrealista, un viejo conocido transformándose. Sentía que no podía dejar de fotografiarlo porque perdería un instante fundamental. Tomas tímidas, mayormente desenfocadas. Mi antigua Kodak sólo a veces daba en el blanco pero no dejaba de intentarlo. Corría el año 2010 y los pimpollos se veían como en la segunda foto. Después de meses que se mezclaban entre incertidumbre y tristeza, en su despliegue sólo veía un renacer, un mensaje, una vez en la vida.

Pero volvió. Corría el año 2013 y se terminaban las cursadas, las horas de aulas. Los vuelcos emocionales también pueden ser luminosos. Y Ahí estaba otra vez, resurgiendo, cumpliendo con el mandato de los expertos: “sólo florece una o dos veces”. En esta ocasión ya conocía el proceso, cuándo eran rosas, cuándo blancas, cuándo dirigidas, cuándo cansadas. Después de florecer la planta se debilita y tiene que recuperarse, porque lo dio todo para ser su mejor versión. Ya conocía su belleza, así que solamente tenía que esperarla. Las fotos llegaron hacia el final, en su punto cumbre. Lamenté no seguirla desde el principio, pero ya no éramos las mismas.

Hoy les cuento que los que se aventuraron a decir que son tres veces tenían razón. Ya asomaron los nudos blancos entre las hojas, incipientes, mágicos, históricos. Los sentires, las revoluciones, las fotos que estén por venir, los vuelcos y los cambios mejor se los cuento otro día.


Agu Miglio.-

No hay comentarios:

[
Descubriendo la cotidianidad.
Reflejando
su magia en cada trazo.
El
arte color vainilla. ]